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Cirugía mamaria de reducción femenina

Casos Reales

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La paciente que consulta con un Cirujano Plástico acerca de una Reducción Mamaria, suele tener como problema primordial la manera en que una mama grande afecta su vida normal, no sólo desde el punto de vista estético, con repercusión en la aceptación de su imagen corporal, sino también desde un punto de vista físico, derivado del peso y tamaño de las mismas y que pueden ocasionar dolor de espalda, cuello, hombros, irritación cutánea, posiciones anómalas al caminar, sentarse, etc...

No es aconsejable realizarla hasta que no haya finalizado el desarrollo corporal de la paciente, aunque puede haber algún caso especial, y sobre todo la paciente debe ser consciente de la intervención que desea realizarse y de que es irreversible, por lo tanto, la paciente ideal, es aquella mujer lo suficientemente madura como para comprender el procedimiento y tener expectativas reales en cuanto a los resultados.

Preparación

En la primera visita, usted deberá exponer a su cirujano sus deseos y escuchar atentamente lo que él puede ofrecerle dependiendo de la edad, tamaño de la mama, maternidad... Diferentes factores que van a determinar el resultado final de la intervención. Se le explicarán asimismo, la técnica quirúrgica a utilizar, los riesgos y la planificación detallada de los diferentes pasos a seguir desde ese momento hasta que sea dada de alta.

Se solicitará un estudio preoperatorio completo, ya que se trata de una intervención que se realiza con anestesia general, y se le darán una serie de instrucciones como las siguientes:

  • No deberá tomar aspirinas o determinadas medicaciones que puedan aumentar el sangrado durante la intervención. Se le indicarán cuáles en su momento.
  • No deberá beber alcohol ni hacer comidas copiosas desde 24 horas antes.
  • Mantener la dieta absoluta que se le indique.
  • Es aconsejable no fumar al menos desde 1 mes antes de la intervención, ya que aquellas personas fumadoras tienen más riesgos  a la hora de cicatrizar.

Técnica quirúrgica

Es una intervención que se realiza bajo anestesia general y con un ingreso de 24-48 horas. Su duración puede oscilar de 2 a 4 horas.
Cada persona presenta unas mamas diferentes por lo que la t écnica variará en función de estas. Sobre todo en lo que se refiere al tamaño de las cicatrices que pueden oscilar desde una cicatriz redonda en torno al complejo pezón areola, hasta una cicatriz en T invertida.

Se extrae la cantidad de grasa y tejido mamario necesario para conseguir el fin propuesto. En ocasiones, cuando la mama es excesivamente voluminosa, el pezón y la areola se extraen completamente para ser colocados en su nuevo lugar como si fueran injertos. Todo el tejido mamario que se extraiga será estudiado desde el punto de vista anatomopatológico para descartar cualquier enfermedad de la mama.
Las cicatrices serán siempre visibles aunque puedan disimularse con el bikini o el sujetador.

Riesgos

Como cualquier otro tipo de intervención existen unos riesgos que debemos valorar en relación al beneficio potencial que deseamos obtener. Usted con su cirujano deberá sopesar las ventajas y desventajas de ello, la repercusión de su problema en su vida habitual y el beneficio que obtendría en caso de ser operada.

En la Consulta se le entregará un Consentimiento Informado, en el que se le informaran detalladamente de todas las posibles complicaciones y que deberá presentar firmado en la Consulta siguiente en caso de ser operada por esta Unidad. Deberá leerlo con detenimiento y consultar con su cirujano las dudas que se le planteen.

Después de la intervención

Durante los primeros días mantendrá unas gasas, un vendaje elástico y su sujetador por encima de las gasas. Una vez realizada la 1ª cura podrá ducharse. Los puntos se quitan en 8-10 días.

No es una intervención especialmente dolorosa, aunque si notará algo de dolor y sobre todo tensión durante los primeros días. Su cirujano le pautará un calmante. También tomará antibióticos durante unos días.

Al principio la sensibilidad de la zona estará un poco alterada. Normalmente se regulariza con el paso del tiempo.

Se podrá ir incorporando a su vida habitual progresivamente, si bien durante los primeros días se le aconseja no mover mucho los brazos. A los 15 días, normalmente, puede incorporarse a sus actividades laborales. De cualquier manera pasaran meses, incluso 1 año antes de ver un resultado definitivo.

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